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José María García Pérez

lunes, 6 de diciembre de 2010

Los controladores aéreos siembran el pánico durante horas

“Chantaje al Estado”,  “Cerrojazo público” o “Estado de alarma” eran los titulares de las portadas de los grandes periódicos nacionales. Los controladores aéreos declaraban una huelga encubierta, es decir, sin previo aviso ni convocatoria. Los aeropuertos estaban sin funcionamiento y colapsados de una masa enfurecida dispuesta a pagar su enfado con quién sea. Los vuelos eran cancelados y las vacaciones eran inviables para los pasajeros. Para todo el puente, hay programados en El Prat más de 5.000 vuelos. Cantidades similares hay programadas en Barajas o San Pablo.

Afectados del Aeropuerto de Barajas.

El daño ha sido irreparable tanto para los afectados por los viajes como para España. Decenas de miles de personas se quedaban varados en los aeropuertos por la huelga de controladores y perdían sus viajes de ocio, negocios, asuntos familiares o médicos. Unas 330.000 personas se han quedado en tierra. España también se ha visto afectada por esta huelga. Se pierde todo el dinero del turismo que había programado para este puente. También afecta a la imagen española en el extranjero. Todo esto hace mucho más daño, sobre todo en el contexto de crisis que vivimos.


El Gobierno actuó de forma rápida y eficaz declarando el estado de alarma. Esto es un hecho sin precedentes en España desde que se firmara la constitución en 1978. El control del tráfico aéreo en España fue asumido directamente por el Ministerio de Defensa hacia las 23.00 horas. Los militares se han desplazado hacia los aeropuertos para asegurar los servicios y desbloquear el paro aéreo después del plante de los controladores civiles.

Los motivos que tenía la Unión Sindical de Controladores Aéreos (USCA) para establecer el paro eran una serie de modificaciones sobre las rutinas de trabajo. El Gobierno decretaba que las guardias no serían incluidas en las horas de trabajo y para darse de baja por enfermedad, los controladores debían ser examinados por un médico de AENA. Este colectivo se siente maltratado y perseguido. Daniel Zamit, Portavoz del USCA, se excusaba: “También es inexplicable que en seis años no se hayan convocado plazas de controlador. Seguimos siendo muy pocos. Se ha manipulado mucho y no reclamamos más dinero”.


Militares llegando al aeropuerto de Palma.
Finalmente, los controladores han cedido ante el estado de alarma. La carta en la que se les amenazaba con aplicarles el Código Penal Militar ha surtido efecto. Los trabajadores se reincorporan "paulatinamente" a sus puestos y todo vuelve a la normalidad. Nadie ha entendido ni comprendido a los controladores. Las críticas y las medidas adoptadas y las que quedan por adoptar han sido múltiples. Los controladores han tenido que abandonar el hotel Auditórium escoltados por la policía ya que algunos viajeros increpaban a los causantes del caos aéreo. El Gobierno de Canarias ha denunciado a los controladores por sedición y desobediencia. AENA ha abierto expediente a 442 controladores. Desde el Gobierno se anuncian medidas hacia este colectivo. “Esto no le puede salir gratis”, declaraba José Blanco, Ministro de Fomento.

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