Los políticos no quieren periodistas, quieren aduladores.

José María García Pérez

sábado, 13 de noviembre de 2010

Marruecos arrasa El Aaiún

El campamento Agdaym Izik tras la intervención marroquí.
El Aaiún es un campo de batalla. La ciudad más importante del Sahara Occidental vivía un período más o menos “tranquilo” siempre tratando con la sombra de Marruecos. El pasado lunes, el ejército marroquí realizaba un desmantelamiento forzoso, del campamento de Agdaym Izik, donde miles de saharauis llevaron a cabo durante semanas una protesta social y de reivindicación nacionalista de nuevo cuño. La acción de Marruecos fue desproporcionada arrasando con la protesta pacífica de los saharauis. Fue un acto desleal y una lucha desigual, donde unos militares acababan con toda esperanza de unos civiles que se mostraron pacíficos en todo momento.

La respuesta de la población saharaui ha sido violenta. La gente está en la calle para luchar contra todo lo marroquí. Se han montado barricadas y las calles de la capital del  Sahara es un autentico hervidero en llamas. Los civiles, con sus propias armas, atacan a todo lo que corresponda y se asemeje a Marruecos. Soldados, coches oficiales, y ciudadanos saharauis a favor del control marroquí han sido atacados. Por el contrario, Marruecos intenta acabar con la rebelión y la causa saharaui. El ejército intenta, sin éxito, controlar la ciudad pero esto no le impide cometer verdaderas atrocidades sobre la población. Los mismos militares atacan, torturan, violan y detienen a civiles por ser “desleales a la causa marroquí” e incitan, con sobornos y privilegios, a ciudadanos saharauis a que no apoyen a sus compatriotas. Decenas de muertos, más de cuatro mil heridos y más de dos mil detenidos son el resultado del conflicto.


Momentos de la revuelta en El Aaiún.
El bloqueo marroquí no es solo físico sino también informativo. Es imposible entrar en la ciudad para informar de lo que está ocurriendo. Los militares ponen todo tipo de impedimento para evitar que ningún periodista acceda a la cruda realidad planteada por el país árabe. Si alguien consigue vulnerar el bloqueo, rápidamente es llevado a dependencias policiales y lo mandan de vuelta al país de procedencia. Este es el caso de tres periodistas de la SER, entre los que se encuentra la conocida Ángels Barceló. “Hemos vuelto para poner en evidencia los pocos democráticos hábitos del gobierno marroquí, y eso es muy importante”, sentenciaba la periodista ya en suelo español. El recelo entre la prensa española es absoluto porque aseguran muchos medios desplazados allí, que Marruecos sí permite la entrada a medios de comunicación franceses.

Un saharaui muestra sus heridas.
A todo esto, el Gobierno español se ha mostrado muy prudente con el conflicto. En estos días ha reaccionado, ante el gran número de críticas, enviando a Moratinos a Rabat para acercar posturas con el Gobierno marroquí y dar prioridad a las relaciones entre ambos. Pero esto no parece suficiente cuando entre las víctimas se encuentran españoles. Esto obliga a la justicia a intervenir porque es un conflicto que va contra los intereses de los españoles. La justicia espera que Zapatero de un paso al frente y pida explicaciones a Mohamed VI. Mientras tanto Rubalcaba, el nuevo hombre fuerte del gobierno, asistiendo en mítines del PSC para las elecciones catalanas…




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